Vivimos en una etapa complicada en el ámbito económico. Desde el año 2008, cuando se produjo una de las crisis más graves a nivel financiero, no se ha conseguido recuperar las expectativas y el nivel de vida existente hasta ese momento en España. Año tras año, los indicadores hacen prever leves mejorías en todo el ente económico, pero lo cierto es que se quedan en eso, en datos que la gente de la calle no siente en su bolsillo como debería hacerlo. Las miras hacia el futuro no son muy halagüeñas. Recientemente, el Banco Central Europeo ha tomado medidas expansivas para intentar dar un empujón al tren europeo económico, y no volver a caer en una recesión generalizada a nivel europeo y mundial, lo que sería una puntilla casi definitiva para miles de ciudadanos y empresas.
Todos los sectores empresariales se ven afectados por esta tesitura, y el de las casas de apuestas y juegos de azar no se queda al margen a nivel nacional. Focalizando en Cataluña, según un reciente informe del Gabinete de Estudios de la Cámara de Comercio de Barcelona, observamos que las actuaciones políticas llevadas a cabo en este sector, hacen que sea la región con más presión fiscal sobre estas empresas de ocio, lo que sin duda, ha traído consigo la caída drástica de sociedades dedicadas a este fin. Antes de la crisis, en el censo de empresas de este sector aparecían 1399, ahora en cambio, únicamente 787. Lo que sin duda hace ver, la ralentización que está sufriendo todo este conglomerado, en la comunidad más productiva de España en ese ámbito.
Aun así, hay datos para ver el vaso medio lleno y ser optimistas con la deriva que tomarán los juegos de azar y las casas de apuesta en un futuro cercano, eso sí, si los palos en las ruedas no son constantes desde los organismos reguladores encargados de tomar decisiones fiscales.
Este sector da empleo directa o indirectamente a más de 38000 personas. Dato a tener muy en cuenta, más si cabe cuando el problema con mayúsculas de la economía española se llama paro. Estos buenos datos laborales a nivel cuantitativo, viene relacionado en gran medida con dos pilares básicos sobre los que se sustenta este sector: las apuestas presenciales y el juego online. Ambos presentan crecimientos económicos exponenciales desde el 2014, fecha en el que se empezaron a tomar datos de estos ámbitos.
Cataluña, en este sentido, es la locomotora que tira de los vagones del resto de Comunidades Autónomas en estos pilares, pero también según el estudio “es la comunidad que más recauda por tasa del juego y, además, donde se aumentó la presión fiscal en 2017, al contrario que en Madrid y la Comunidad Valenciana". Este hecho choca frontalmente con la protección que se debe ofrecer a un sector, que puede ser clave en la buena marcha de la economía española en general y catalana en particular, ya que no es conveniente focalizar el peso de tributos de una manera tan severa sobre este ente.
En la actualidad existen dos figuras impositivas concentradas sobre el sector en esta comunidad autónoma: la tasa sobre el juego privado, tributo cedido por la administración central a las comunidades autónomas, y el gravamen por la prestación de servicios en materia de juegos de casino y apuestas online, propia de la Generalidad de Cataluña. Con lo que sin duda, la presión fiscal que recae sobre este ente, no ayuda a que ese crecimiento sea continuado en el tiempo y genere beneficios positivos como hasta ahora.
Este nuevo sistema de juegos de azar se va abriendo paso, en detrimento de los métodos tradicionales. Todos recordamos aquellos salones de juego, o esos bares con varias máquinas tragaperras, pues bien, eso poco a poco va cayendo en saco roto ante las nuevas formas de apostar y participar en juegos de azar utilizando todos los progresos tecnológicos que están a nuestro alcance como las tragaperras online y los casinos en línea. Todo sector para tener un crecimiento tendencial positivo necesita mejoras tecnológicas en todas sus formas, y sin duda, el de los juegos de azar cumple a la perfección con esta premisa.
En definitiva, Cataluña está a la cabeza de España en cuanto a ingresos y pagos de impuestos por esta actividad económica, pero no se debe impedir el progreso poniendo excesivas trabas y presión impositiva sobre algo implantado y que funciona.