Diferenciar entre habilidad y azar en la era digital presenta nuevos desafíos para legisladores y reguladores
Definir los límites entre lo que constituye juego de azar y otras formas de entretenimiento donde se intercambia dinero por la oportunidad de ganar algo de valor, ha sido siempre un desafío para los legisladores. Históricamente, incluso las máquinas de pinball fueron consideradas dispositivos de juego de azar y declaradas ilegales en algunas áreas. La principal complicación surge de las líneas borrosas que caracterizan los elementos del juego. Cuando se redactaron las leyes vigentes, los legisladores no podían prever los avances tecnológicos que hoy permiten tener tragamonedas online en nuestros bolsillos o juegos sociales que unen a personas de todo el mundo en competiciones virtuales. Como resultado, el marco legal lucha por mantener el ritmo.
El dilema central radica en la clasificación de los juegos de habilidad computarizados: ¿deben considerarse juego de azar? Y si es así, ¿deberían ser regulados? Es fundamental examinar los argumentos de ambos lados de esta cuestión.
El dilema entre habilidad y juego de azar
Los juegos basados puramente en la habilidad dependen exclusivamente de las capacidades del jugador, sin elementos aleatorios como por ejemplo la tragamonedas de bar o una ruleta digital. Sin embargo, muchos juegos mezclan habilidad y suerte, creando una área gris legal que varía según las definiciones de juego de azar de cada jurisdicción. La evaluación de cada juego debe basarse en la posición legal específica de cada estado.
Diferentes estados tienen enfoques distintos hacia los juegos de habilidad. Algunos prohíben cualquier forma de apuesta basada en la habilidad, mientras que otros intentan distinguir entre juegos de habilidad y de azar. Las opiniones legales y los precedentes hacen aún más complejo el intento de definir qué se considera legalmente casualidad y qué no.
Generalmente, los estados adoptan uno de estos tres criterios para diferenciar el juego de azar de la habilidad:
- Cualquier Elemento de Casualidad: si está presente, se trata de juego de azar.
- Predominancia de la Casualidad: si la casualidad determina de manera predominante el resultado, se trata de juego de azar.
- Materialidad de la Casualidad: si la casualidad tiene un impacto significativo en el resultado del juego, se trata de juego de azar.
Independientemente de los criterios adoptados por el estado, si el juego de habilidad se clasifica como juego de azar, las leyes y regulaciones pertinentes establecerán su gobernanza.
La necesidad de regulación en el espacio online
Comparar los eventos competitivos tradicionales con los juegos computarizados en línea resalta diferencias significativas en términos de visibilidad y responsabilidad. A diferencia de los torneos observables directamente, donde es claro quién está compitiendo y que las reglas se están respetando, las competiciones en línea se basan en la confianza en el operador para asegurar la equidad, la conformidad y la conducta ética. Los defensores de la regulación sostienen que una competición online no regulada carece de transparencia, ya que los participantes no pueden saber quiénes son sus adversarios, la edad de los competidores, si están utilizando tecnologías para asistirse, o si están enfrentando a una persona real o un resultado predeterminado. A diferencia del juego de azar regulado, no hay una evaluación del carácter y la integridad del operador, ni pruebas obligatorias del juego, ni estándares de conocimiento del cliente (KYC), ni una supervisión regulatoria de las operaciones. Además, dado que los juegos de habilidad basados en computadora pueden completarse en pocos minutos, los participantes pueden competir varias veces al día, planteando cuestiones relacionadas con el juego responsable.
Mientras algunos operadores de juegos de habilidad dan la bienvenida a la regulación para garantizar la equidad y desalentar la entrada al mercado de empresas no éticas, otros se oponen citando la redundancia, el aumento de los costos y el riesgo de sofocar la innovación. Aquellos que están en contra de la regulación argumentan que han examinado las leyes estatales y ofrecen sus juegos solo donde es legalmente permitido. Argumentan que la regulación no es necesaria porque implementan proactivamente políticas para garantizar la edad de los participantes y la equidad de los juegos, y que enfrentarían desafíos legales si no aplicaran estrictamente tales controles.
Regular los juegos basados en la habilidad en el espacio online presenta sus desafíos. Por ejemplo, si los juegos se consideran juego de azar, solo los estados que autorizan los juegos de casino online podrían ofrecerlos. Además, sin un acuerdo entre múltiples estados, el grupo de jugadores sería limitado, haciendo difícil lograr una liquidez suficiente para emparejar a los jugadores de manera efectiva. Una alternativa podría ser clasificar estos juegos como eSports, que caerían bajo las apuestas deportivas móviles, permitiendo a muchos más estados ofrecerlos. Sin embargo, incluso en este caso sería necesario un acuerdo entre múltiples estados para asegurar la liquidez. Los estados deberían además permitir las apuestas en los eSports y sus leyes deberían autorizar a los jugadores a apostar en los eventos eSports en los que participan.
Otra alternativa sería simplemente regular estos juegos como juegos de habilidad. Este enfoque plantearía la cuestión de cómo cada estado diferencia el juego de habilidad del juego de azar, pero permitiría evaluar cada juego individualmente para determinar su idoneidad. Esto eliminaría las incertidumbres sobre qué juegos pueden ofrecerse legalmente.
Regulación en el espacio físico
Mientras que el juego de azar online basado en la habilidad presenta notables desafíos, la legalidad de ciertos juegos de habilidad en el entorno físico es igualmente preocupante. Los fabricantes de estos juegos han ideado formas innovadoras de camuflar equipos que parecen máquinas tragamonedas como juegos basados en la habilidad. Otros han encontrado la manera de mezclar habilidad y casualidad en formas que evaden las leyes locales, a menudo atrayendo disputas legales. A pesar de que estos juegos pueden cumplir técnicamente con las definiciones legales de habilidad, los jugadores no son fácilmente engañados y aquellos que creen que pueden ganar regularmente contra estos juegos pronto se dan cuenta de lo contrario.
A medida que estos juegos se difunden en paradas de camiones, tiendas de conveniencia y otros lugares en todo el país, la industria del juego regulada toma nota. Los casinos online en España y los fabricantes de máquinas tragamonedas ven estos juegos como una competencia directa e injusta, instando a los legisladores a intervenir. Argumentan que estas máquinas eluden los estándares regulatorios, las licencias, las pruebas y carecen de los controles operativos necesarios para asegurar el juego responsable.
Las preocupaciones sobre estos juegos no se limitan a los actores de la industria; también los ciudadanos comunes expresan sus aprensiones. Una encuesta de la American Gaming Association reveló una amplia preocupación: el 71% cree que las máquinas "de habilidad" carecen de las protecciones para los jugadores disponibles en los casinos; el 64% está de acuerdo en que estos juegos son demasiado accesibles para los niños; y el 56% piensa que aumentan los riesgos de criminalidad, poniendo en peligro tanto a los empleados como a los clientes en los lugares donde se encuentran.
Además, cuando descubren que las máquinas "de habilidad" no están gravadas y no están sujetas al mismo nivel de control regulatorio que las máquinas tragamonedas de casino, el 64% de los estadounidenses informados sobre estos juegos expresa preocupación por su presencia en su comunidad.
Más allá del juego de azar: la necesidad de políticas
Independientemente de la clasificación de los juegos de habilidad como juego de azar, las cuestiones de política requieren una intervención regulatoria. La regulación establece una base, asegurando estándares uniformes para los operadores, validando su credibilidad y abordando cuestiones como la equidad, la seguridad de la información personal, la resolución de reclamos de los clientes, la seguridad de los fondos, el pago de las ganancias, la verificación de la edad y el juego responsable. Esto instila en los jugadores confianza en la credibilidad del operador y en la equidad de sus juegos.
La difusión de los juegos basados en la habilidad en los espacios físicos, a pesar de su ambigüedad legal y su similitud con las máquinas tragamonedas, ha suscitado considerable preocupación entre los actores de la industria y los ciudadanos comunes. Aunque estos juegos pueden cumplir técnicamente ciertos criterios legales, carecen de proporcionar adecuadas protecciones para los jugadores, plantean preocupaciones sobre la accesibilidad a los menores y presentan riesgos de aumento de la criminalidad en los lugares donde se encuentran.
Este año, la American Gaming Association ha adoptado una postura decidida sobre los juegos de habilidad al detalle, con su ex presidente y CEO Bill Miller declarando: "Los fabricantes de máquinas no reguladas han construido sus negocios engañando a los consumidores y a las pequeñas empresas, evitando impuestos, supervisión y protecciones para los consumidores. Mantener fuerte, segura y responsable la industria del juego estadounidense solo puede hacerse a través de la infraestructura robusta del mercado legal bien establecido, no premiando a los actores negativos con medidas parciales que no abordan los peligros del juego no regulado".
La demanda de supervisión y intervención regulatoria por parte de la industria del juego establecida, citando la competencia desleal, resuena con la preocupación de que estos juegos eluden los estándares necesarios y carecen de controles para el juego responsable. Los resultados de la encuesta de la American Gaming Association subrayan una amplia inquietud entre el público respecto a la presencia de estos juegos en sus comunidades. Con crecientes preocupaciones respecto a las discrepancias fiscales y la ausencia de una supervisión regulatoria robusta similar a las máquinas tragamonedas de casino, es evidente la necesidad urgente de regulaciones y salvaguardias completas para abordar la proliferación de estos juegos basados en la habilidad en los espacios físicos, asegurando la protección de los jugadores, prácticas de juego responsable y la seguridad de la comunidad.
En el panorama en evolución del juego de habilidad en línea, el llamado a la regulación resuena igual de fuerte. Mientras la tecnología continúa remodelando la esfera del juego, la supervisión regulatoria surge no solo para delinear entre habilidad y casualidad, sino también como una fuerza fundamental en salvaguardar la equidad, la integridad y las prácticas de juego responsable. Encontrar un equilibrio entre innovación y regulación sigue siendo un desafío complejo, pero está claro que se necesita una estructura organizada para garantizar un campo de juego equitativo y fomentar la confianza entre los participantes y los actores del sector. El futuro del juego de habilidad, ya sea que se desarrolle en línea o en establecimientos físicos, no reside solo en su valor de entretenimiento, sino en su gobernanza responsable y ética, una dirección que requiere los esfuerzos colaborativos de legisladores, líderes de la industria y jugadores.